La kalimba es un instrumento musical fascinante y único, fácil de aprender pero difícil de dominar. Si posee una, seguro que quiere disfrutar de ella el mayor tiempo posible. Afortunadamente, hay formas sencillas de cuidar tu kalimba y prolongar su vida útil.
En primer lugar, es importante manejar siempre la kalimba con cuidado. Evite que el instrumento se caiga o lo maltrate, ya que podría dañar sus vástagos y teclados. Del mismo modo, guarde la kalimba en un lugar seguro y seco cuando no la utilice, para protegerla de la intemperie y las salpicaduras.
A continuación, limpie la kalimba regularmente con un paño suave y seco. Así eliminará el polvo y las impurezas que puedan acumularse en las varillas y los teclados, que pueden afectar al sonido del instrumento.
También es importante comprobar regularmente el estado de las varillas y los teclados de la kalimba. Si las varillas están dañadas o rotas, deben cambiarse inmediatamente para mantener la calidad del sonido del instrumento. Del mismo modo, si los teclados están doblados o alabeados, se pueden enderezar con cuidado para que el instrumento toque correctamente.
Por último, le recomendamos que afine su kalimba con regularidad para mantener la calidad de su sonido. Puede hacerlo de oído o con un afinador. Si no está seguro de cómo afinar su kalimba, puede consultar algunos tutoriales.